Últimas Noticias

Inicio > Código > Noticias

NICARAGUA EMPIEZA DE CERO

  por Luis Alberto Cordero

Los nicaragüenses, mayoritariamente las personas jóvenes, iniciaron hace varias semanas un movimiento legítimo de rebelión y protesta pacíficas, porque terminaron de perder por completo la confianza en el gobierno de Ortega y Murillo.

Esos jóvenes, los "nietos de la revolución" como los llamó Sergio Ramírez Mercado, han ofrendado sus vidas para rescatar el respeto por los valores democráticos conculcados. Las madres de las madres no necesitan ni merecen tener que enterrar también a sus nietos.
 
Al sumarse un apoyo masivo al reclamo, también aumentó la violencia opresiva y la muerte. El gobierno de Ortega se ha quedado sin legitimidad alguna. Los nicaragüenses perdieron la confianza en su gobierno, pero siguen creyendo en los valores constitutivos de la democracia. Además del cese inmediato de la represión, lo que toca ahora es recomponer la institucionalidad, que es la dimensión tangible de la democracia.
 
La recomposición de la institucionalidad democrática es la que arranca de cero en Nicaragua, y esta es una tarea urgente, posible y necesaria. Por lo demás, este pueblo valiente que solo se arrodilla para orar, merece respeto, clama por el cese de la violencia de Estado y demanda que termine ya mismo un gobierno que le traicionó. Debe volver la concordia a Nicaragua.
 
La democracia se compone de instituciones, valores y prácticas, elementos constitutivos que no es posible que operen disociados entre sí. La historia ofrece múltiples casos de regímenes políticos con instituciones fuertes pero sin valores democráticos; o lo que es más usual, sistemas con valores y prácticas democráticas que apenas sobreviven dentro de una precaria institucionalidad, que es el caso hoy de Nicaragua.
 
Una vez que se den las condiciones mínimas y necesarias, traducidas en un acuerdo político comprensivo y viable, los legisladores deben darle a la ley la fuerza que necesita para ser eficaz. Primero, deben crear un organismo electoral autónomo e independiente, como lo hizo Panamá con el suyo, en su momento, siguiendo el modelo de Costa Rica. El Poder Judicial también tiene que pasar por la misma solución. Solamente después de adoptar estas acciones es que se puede hablar de elecciones libres y competitivas.
 
El desarrollo institucional de los organismos electorales en América Latina durante los últimos veinticinco años, ha sido una tarea encomiable y productiva, resultado de las bondades de la cooperación técnica multilateral, la adopción de los mejores marcos normativos y la incorporación de los más altos estándares internacionales para asegurar eficiencia, autonomía y credibilidad de los procesos de elección de autoridades. Sin embargo, en algunos casos, como el de los organismos electorales de Nicaragua y Venezuela, el rezago es trágico y vergonzoso.
 
En una fase posterior, pero sin muchas dilaciones, sigue la tarea de remozar el sistema de partidos políticos y otras formas de participación política con apego a las reglas de la convivencia armónica y pacífica, logrando un buen mínimo de gobernabilidad democrática mediante una gestión pública eficiente, eficaz y transparente, rindiendo cuentas al pueblo.
 
Fuente: Diario CrHoy - San José de Costa Rica.

22/06/2018

Conozca el Código de derechos Humanos.