Últimas Noticias

Inicio > Código > Noticias

DIGNIFICAR LA FINITUD: EL COVID-19 ES UNA OPORTUNIDAD PARA VALIDAR LA MATERIALIZACIÓN DE UN ESTADO SOCIAL DE DERECHO Y EL DERECHO A LA CIUDADANÍA

  por Camilo Ramírez Gutiérrez

Jorge Luis Borges señala en el Aleph, que "nadie es alguien, un solo hombre inmortal es todos los hombres" (Borges, 1997).

La finitud es el lastre que cada día cargamos los seres humanos en nuestras espaldas.  Como lo muestra Borges en los inmortales, vivimos buscando esa ciudad de la inmortalidad, aquella que sólo la historia humana, la de los pueblos, da a las mujeres y a los hombres una existencia infinita. No existe agua o río que evada ese deber mayor que es la muerte, pero mientras se transita por la finitud, el ser humano puede dignificar su vida y la de los otros. 
 
En dicho camino hemos construido instituciones y, su historia, al menos en el occidente hegemónico, es el resultado de aquel sentir sobre la limitación de la existencia, aquél que, desde una posición político-filosófica, pretende la dignificación del ser humano. Cuando nos enseñan en los pregrados de derecho, ciencia política u otras humanidades (no discutiré en esta oportunidad etiquetas de las disciplinas), la historia del Estado de Derecho o de los derechos humanos, implícitamente (muy pocas veces de manera directa) nos muestran que estas conquistas provienen de la historia de las negaciones de esa dignidad, esa que algunos humanos les han cohibido a otros. 
 
El Estado de Derecho constituido a finales del siglo XVIII ha sido una de las herramientas de control del poder desmedido que ciertos individuos han tenido sobre otros, desde una visión adánica, fue una promesa de dignidad al pueblo sometido de Francia a través de la libertad, igualdad y fraternidad.  Posteriormente, aparecieron otros valores occidentales del modelo de gobierno como la solidaridad, que llenaron nuestra existencia con una pretensión de corrección. Paul Kahn señala que "(...) tenemos que recordar que el estado de derecho no es ni una cuestión de verdad revelada ni de orden natural. Es una forma de organizar una sociedad bajo un conjunto de creencias que son constitutivas de la identidad de una comunidad y sus miembros individuales. Es una forma de entender la unidad de la comunidad a través del tiempo y del yo como portador de esta historia" (Kahn, 2001). 
 

 
La mortalidad del ser humano llevó a que se le otorgará a este instrumento de control como es el Estado de Derecho un poder dispositivo sobre las vidas de las personas, que bajo la guía de estos valores de libertad, solidaridad e igualdad aseguraran su existencia digna. Con la venida de la modernidad industrial, se dio lugar a derechos tangibles como la seguridad social, los derechos sanitarios, la vivienda, entre otros. Esos derechos, soportados en la solidaridad social y en la necesidad de dignificar la finitud, fueron brindados por un nuevo sentido del Estado de Derecho, el de Bienestar. Si bien este modelo de finales del siglo XIX tuvo avances sobre las comunidades más desprotegidas, la caridad es un sentimiento inconstante en las personas, por lo que casi cien años después de reflexión y negación de derechos se debió pasar a una nueva transmutación que dio lugar al Estado Social de Derecho.
 
En la actualidad, la propagación de la pandemia denominada COVID-19 se presenta como una oportunidad para que este modelo de Estado materialice su resignificación. El contagio de 2.693.014 personas y la muerte de 188.148 (23 de abril) hace obvia la necesidad de activar principios como la solidaridad social y el cumplimiento de los deberes del Estado, en relación con la garantía de derechos sociales de sus ciudadanos, como el derecho a la salud
 
Es primordial que el Estado actúe en pro de estos significados, para así afrontar esta crisis humanitaria que nos recuerda la finitud de lo humano. Además, es la oportunidad para que las instituciones públicas, junto con el sector privado, reivindiquen y recuperen su legitimidad frente a la ciudadanía. Esto, a través, del reconocimiento del derecho a la dignidad, aplicando medidas que den lugar a la materialización de los principios de igualdad, solidaridad y fraternidad con los sectores más vulnerables, pero sobre todo que se le garanticen a la ciudadanía sus derechos sociales. En palabras de Arendt, el poder de Estado, "(...) se trata de crear un espacio que asegure a los hombres 'su derecho a tener derechos'", afirmación que es la piedra angular para la resistencia desde el Estado Social de Derecho en contra de la desigualdad originada de las relaciones de poder, tanto económicas como sociales. 
 
Hoy la globalización se expresó mediante una pandemia que nos pone de presente la reflexión que podemos derivar de los inmortales, en donde los pueblos del mundo, formadores de este hombre inmortal, como es la historia, han jugado un papel protagónico en la consolidación de las culturas, las tradiciones y las lenguas, bases del sistema internacional reciente, del derecho, la política y las religiones. Instituciones organizadoras de la sociedad contemporánea, o en palabras de Noam Chonsky, aparatos organizados de poder, que estructuran las relaciones de poder dentro de la sociedad y, a su vez, del orden internacional, tienen hoy un reto para conservar una finitud digna, o tal vez la conservación de la especie frente a la crisis del COVID-19 y es reafianzar el Estado Social de Derecho y garantizar un ejercicio pleno de la ciudadanía. 

23/04/2020




Más Artículos

Socialismo y Populismo en América Latina

Tomás Goobar, estudiante de Comunicación Social

ANTES DEL PRÓXIMO INCENDIO

DANIEL E. HERRENDORF

El discurso malversado de Putin durante la guerra

Zarina Kulaeva del IIDH - España

Conozca el Código de derechos Humanos.