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Crisis sociopolítica en Brasil

El día de ayer se intentó consumar un golpe de estado en Brasil por parte de un grupo de bolsonaristas

Este fin de semana, miles de seguidores del expresidente Jair Bolsonaro irrumpieron en cuatro edificios del poder público en Brasilia. Estas acciones fueron calificadas por el actual presidente de Brasil, Lula da Silva como un intento de golpe de Estado.

Este intento de Golpe, ya es considerada como el peor ataque contra instituciones del país desde la restauración de la democracia hace cuatro décadas.

El ataque se realizó por un grupo de miles de bolsonaristas que lograron, con mucha facilidad, sobrepasar las barreras de seguridad establecidas por las fuerzas armadas y de esa manera, acceder al edificio del Congreso en Brasilia, capital de Brasil, donde se encuentran los edificios del Congreso Nacional, la Corte Suprema del país y el Palacio Presidencial, ambos asaltados el domingo.

Lula da Silva tachó de fascistas a los golpistas, “Estas personas son todo lo abominable de la política… destruyendo todo a su paso”.

Dentro del edificio, los seguidores de Bolsonaro construyeron barricadas con muebles para impedir la entrada de la policía al edificio, escena muy parecida a las del Asalto al Capitolio de EE.UU. hace dos años.

También rompieron ventanas, volcaron muebles, destruyeron obras de arte y robaron la Constitución original del país, de 1988. Además, se llevaron armas de una oficina de seguridad presidencial, reportó Reuters.

Por su parte, el expresidente Jair Bolsonaro, quien se encuentra fuera del país en este momento, condenó los hechos a través de un breve mensaje de Twitter:

 

"Las manifestaciones pacíficas, dentro de ley, son parte de la democracia. Sin embargo, las depredaciones e invasiones de edificios públicos como las ocurridas hoy, así como las practicadas por la izquierda en 2013 y 2017, escapan a la regla”

 

Esta confrontación no hizo más que escalar a nivel nacional, donde la policía y las fuerzas armadas no solo debieron lidiar con los golpistas, sino con miles de manifestantes bolsonaristas en todo el país.

Este asalto despertó preguntas entre los aliados de Lula sobre como las fuerzas de seguridad pública en la capital estaban tan poco preparadas para un escenario de así y como fueron tan fácilmente superadas por los alborotadores que ya habían anunciado sus planes de tomar el Congreso días antes a través de diferentes redes sociales.

La Defensoría Pública Federal (AGU) de Brasil le solicitó a la Corte Suprema  que emitiera una orden de arresto contra el secretario de Seguridad Pública del Distrito Federal Anderson Torres y “otros agentes públicos responsables de actos y omisiones” tras el allanamiento de edificios federales brasileños el domingo.

Lula también responsabilizó al gobernador del Distrito Federal, Ibaneis Rocha, un exaliado de Bolsonaro, diciendo que no hizo nada para detener el avance de los manifestantes. Rocha fue destituido de su cargo temporalmente por tres meses por la Corte Suprema Federal.

En la noche del domingo, Rocha publicó un video en YouTube disculpándose por el asalto a los edificios federales por cuenta de bolsonaristas y dijo que lo que ocurrió fue "inaceptable".

A pesar de que el orden fue establecido, en Brasil continúa el riesgo de desmanes. Durante los lamentables hechos se detuvieron a más de 400 personas.

Esta violencia no es novedad para Brasil, desde la derrota electoral en octubre de año pasado, los bolsonaristas se han reunido a las afueras de los cuarteles militares de todo el país pidiendo al ejército que intervenga, ya que afirman, sin ningún tipo de prueba, que las elecciones fueron robadas.

 Este domingo, el Juez de la Corte Suprema de Brasil, Alexandre de Moraes, ordenó a todos los militares desmantelar cada uno de los campamentos de partidarios de Bolsonaro en todo el país en un lapso de 24 horas y ordenó que los policías arrestaran a todos los manifestantes que seguían en las calles, todo a través de una orden judicial.

Si no se desmantelan los campamentos, los comandantes de las fuerzas armadas, la policía y el ministro de defensa serán responsables ante los tribunales, aclaró el juez, agregando que todas las carreteras del país deben ser despejadas el lunes.

Lo sucedido en Brasil es un hecho sin precedentes que no debe ser tomado a la ligera, el derecho a la libre expresión existe y debe ser respetado, sin embargo, invadir un establecimiento público en un intento de golpe de Estado no forma parte de la libertad de expresión sino de diferentes sectores que solo alimentan el odio y la violencia que se vive en Brasil en estos momentos. Como un Instituto que lucha día a día por los Derechos Humanos no podemos más que repudiar las acciones referida por este grupo antidemocrático y velamos porque se siga respetando y cuidando la valiosa democracia del pueblo brasileño que tanto tuvo que luchar por tener.

¿Cómo fueron los cuatro años de Jair Bolsonaro como presidente?

 En términos de economía, cuando Bolsonaro asumió el cargo el 1 de enero de 2019, Brasil sufría una prolongada crisis económica, la cual se profundizo con la llegada del COVID en el 2020 cuando experimentaron una caída del PBI sin precedentes y entro en recesión. Según los datos del Banco Mundial, el PBI de Brasil cayó un 4.1% en 2020.

Sin embargo, durante los últimos meses, la economía del gigante latinoamericano ha mejorado paulatinamente, aunque, en datos generales, uno de cada 10 brasileños actualmente es desempleado y la inflación fue de 8,73% en agosto de 2022, en comparación con el mismo mes del año pasado.

En cuanto al manejo del Coronavirus, el cual fue uno de los mayores desafíos a nivel nacional que tuvo que enfrentarse el gobierno de Bolsonaro desde un punto de vista sanitario, económico y político, desde un inicio el ahora expresidente minimizó la gravedad del virus, comparándolo con un simple resfrió. Posteriormente, participó de varias protestas que pedían fin a las restricciones donde alguno de los participantes exigía una intervención militar para cerrar el Congreso y la Corte Suprema.

Uno de los puntos más importantes de los cuatro años de Bolsonaro como presidente fue su postura en materia de política exterior, donde apoyó a Juan Guaidó, líder de la oposición de Venezuela y considerado por mucha gente como el presidente interino. En la ONU, Brasil votó en contra de retirarle el embargo a Cuba junto con EE.UU. e Israel.

También ha declarado en diferentes ocasiones sobre la situación en Nicaragua, cuestionando seriamente a Daniel Ortega, hasta el punto de anunciar que abriría las puertas a los religiosos que están siendo perseguidos en el país nicaragüense.

Uno de los puntos importantes en su política fue la constante critica al MERCOSUR compuesto por Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay y Venezuela (Actualmente suspendida). Estas diferencias con los demás miembros llevaron a que las relaciones comerciales entre Brasil y Argentina se vieran disminuidas a lo largo de los años, mientras que China ocupó un lugar más importante en la economía brasileña.

Otras de las señales que dio en el comienzo de su mandato fue la apertura de una sede diplomática en Jerusalén, Israel, siguiendo los pasos tomados anteriormente por el entonces presidente de EE.UU., Donald Trump.

Sin embargo, Bolsonaro ha mantenido su interés por las actividades en torno a los BRICS, bloque formado por Brasil, Rusia, India, China y posteriormente Sudáfrica. En dicho bloque se intentó agrupar los a los llamados mercados emergentes y, a pesar de que fue fundado en 2006 bajo la presidencia de su opositor y competidor Lula da Silva, el ahora expresidente ha mantenido relaciones ininterrumpidas con sus socios y participando en las cumbres de manera activa.

 

por IIDH

09/01/2023

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